OPINIÓN

Schiaretti: ¿juega en 2025 o se queda en el banco de suplentes?

Una de las incógnitas que develará la política cordobesa de aquí al cierre de listas del año próximo para las elecciones legislativas 2025, es si el exgobernador Juan Schiaretti será o no candidato a diputado nacional por el peronismo cordobés.

Por estas horas hay todo tipo de especulaciones, algunos vaticinan que encabezará la lista; otros que preferirá competir en 2027. Al PJ cordobés, si Schiaretti da el sí, le soluciona un enorme problema de cartel (por su nivel de conocimiento), ya que competirá con los candidatos del Presidente Javier Milei.

El mandatario nacional mide más de 60 puntos en la provincia y se descuenta que, de no mediar un desastre económico de proporciones de aquí a un año vista, alcanzará una cómoda victoria en territorio cordobés. Eso podría traducirse en cinco o seis diputados para el oficialismo nacional de un total de nueve (como ya sucedió en su momento con Juntos por el Cambio).

La elección legislativa es siempre difícil para el peronismo cordobesista y aliados. El objetivo de mínima es alcanzar dos diputados, de máxima tres. Más es imposible. Lo reconoce cualquier dirigente o funcionario de la actual administración. Y aquí la gran disyuntiva del PJ en general, hoy conducido por el gobernador Martín Llaryora; y de Schiaretti en particular, actualmente sin ningún cargo provincial o nacional.

¿Es conveniente exponer al dirigente peronista cordobés con mejor imagen a un derrota segura contra los candidatos de Milei (puede ser cualquiera, la marca es el Presidente y su sello La Libertad Avanza junto a aliados) o es preferible competir con otros nombres menos rutilantes conociendo de antemano el resultado?

Si Schiaretti encabeza y pierde, tal vez achique la diferencia con los libertarios. Si no compite y otro lidera la lista, la diferencia se puede ampliar y la cantidad de diputados invertirse proporcionalmente: más uno, menos uno para cada lado.

Fuentes consultadas por Eleccionario señalan un aspecto clave para los próximos meses. Si Milei cierra con el Pro, el Frente Cívico y un sector del radicalismo, la decisión de Schiaretti podría ser una. Allí la oposición unificada, en elecciones legislativas nacionales, es imposible de vencer. Pasó en los años de Cristina, Macri y Fernández. Pero la situación sería bien diferente si ese posible frente nunca llega a conformarse, y el escenario es de atomización.

Con dos o tres versiones opositoras compitiendo, el emparejamiento podría ser otro y esa diferencia de 60 a 30 en un contexto polarizado quedaría fragmentado en porcentajes similares, tal vez más parejos, lo que podría permitirle a Schiaretti pelear por el primer lugar o al menos no muy lejos del ganador.

Es muy probable que el escenario electoral, a partir de acuerdos o desacuerdos del conglomerado opositor de la provincia, influya en la decisión final del exgobernador. Muchos intendentes y funcionarios lo consideran número puesto para competir, aunque otros prefieren ser cautelosos y aguardar que el contexto político y económico se aclare de cara al año próximo para señalar o no al “gringo” como posible postulante. El famoso operativo clamor. En definitiva, falta mucho. Pero las cartas ya se están orejeando.

Martín Alanis

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *