Aniversario con un solo liderazgo político
La ciudad celebra el aniversario número 157. Un cumpleaños sin conflictos políticos de envergadura, con una gestión municipal que transita en aguas calmas y una oposición política que no asoma la cabeza. Un cumple “tranquilo”, que muestra un solo liderazgo evidente: Eduardo Accastello.
Tras las elecciones del año pasado, que le permitió retornar al Sillón de Viñas con una contundencia manifiesta en las urnas, el jefe comunal consolidó el liderazgo a partir de tres factores claves: 1) la iniciativa permanente en la gestión municipal, alcanzado todas las áreas y sectores; 2) la desaparición de la interna peronista, tras la salida de Martín Gill de la Intendencia y su posterior denuncia e imputación por violencia de género; y 3) una oposición que no encuentra líderes ni ideas, está pero no está.
Accastello le ganó la elección a Darío Capitani y luego el referente del Pro se sumó al Gobierno provincial, en esta apertura llamada “Partido Cordobés”, que debutará formalmente en las elecciones del año próximo con un fuerte desafío en las elecciones nacionales de medio término. Si bien la campaña electoral no tuvo agresiones ni discusiones fuertes, ahora el vínculo de Accastello y Capitani -que están bajo el mismo paraguas, el de Martín Llaryora- es más que óptimo y el futuro dirá si los encuentra definitivamente en la misma vereda (“puede que sí, puede que no”, dijo una importante fuente consultada por Eleccionario).
Sin conflictos en lo político, ordenando las desastrosas cuentas dejadas por su antecesor, Accastello recibe de manera constante a ministros y secretarios provinciales. Junto a Daniel Passerini, intendente de Córdoba, son los que muestran mayores “pergaminos” en la gestión pública y años dentro del justicialismo. Cada uno abocado ahora en la gestión de su ciudad, en el futuro serán actores claves pensando en lo que viene (traducción: 2027). ¿Alguno podría ser vice de Llaryora, si el actual mandatario decide ir por la reelección?).
La ciudad siempre tuvo un elevado nivel de discusión política, que hoy no se detecta. El oficialismo domina la agenda y no se muestra proclive al conflicto con otros actores de la política. No responde a las denuncias o chicanas de las redes, y -en general- las deja pasar. Es una estrategia acertada en un clima de tranquilidad. Seguramente, con el avance de los meses y los años, cuando la política partidaria juegue un papel más determinante, esta actitud puede y debe cambiar. Si el oficialismo no responde, todo queda allí. Si responde le da entidad al denunciante, y la bola se hace interminable. Para este tiempo, la estrategia es correcta. En el futuro tal vez no lo sea porque la oposición puede imponer su propia agenda.
En la estrictísima actualidad, la oposición política duerme. No encuentra líderes ni un proyecto común. El radicalismo renovó sus autoridades, pero aún no asumieron. No hay ninguna estrategia para analizar. Solo el edil Manuel Sosa, desde la denuncia permanente en redes y planteos ante el Ejecutivo y la Justicia, busca generar controversias y polémicas. Con un oficialismo que no responde, la estrategia no le funciona o le funciona poco. En una ciudad progresista, con ideas de avance constante, donde el hacer y proponer está en el primer lugar, tal vez no sea el mejor camino para trascender. Ahora le sirve para estar y ganar visibilidad. En el futuro, a la inversa del oficialismo, deberá cambiar de estrategia y contar qué ciudad pretende. Sino quedará en el intento nomás.
Pero este viernes 27 es el aniversario de la ciudad y la unión está por encima de cualquier análisis y discusión política. Que siga habiendo paz. Por ahora… la política dura algún día volverá.
Martín Alanis